viernes, 17 de abril de 2009

Cómo está el patio

Vaya fin de 2008 e inicio de 2009 llevamos con esto de la crisis. Cuando escuchas las noticias desde tu perspectiva de pequeño burgués (que es lo que somo la mayoría) acabas diciendo que es mejor no escuchar nada. Porque desde esa perspectiva vemos amenzados nuestra estabilidad en la que ni viramos a estribor ni a babor, en la cual siempre navegamos con mar calma, que es lo que los grandes tiburones del liberalismo quieren; que sigamos navegando en la senda del consumo que haga que ellos engorden y engorden y se devoren unos a otros.
Pero hay veces como ésta en la que la línea del orden sufre una súbita fractura y la mar calma se vuelve tormenta y en ese momento nos va engullendo, poco a poco. Primero a los que navegan en pobres cayucos y jábegas, y poco a poco a los demás.
Y mientras esto sucede tenemos que tragar no sólo con ver como los capitanes Ahab no dan caza en este caso a los tiburones, sino que estos siguen engordando con primas suculentas como las de AIG mientras que los pobres pececillos mueren poco a poco más que antes.
A veces pienso que una bomba atómica en una gran pecera en la que estuvieran los tiburones arreglaría el problema.
Justificia social es lo que le hace falta a este mundo desde hace mucho tiempo.

Leer

Hoy me siento con ganas, así que seguiré hablando, ahora de otra cosa. Soy muy mal lector, siempre lo he sido. Soy un animal televisivo que me trago muchas cosas por la tele (no penséis que cualquier cosa), pero creo que mucha. Y luego me da remordimiento de por qué no le dedico tiempo a otras cosas. Muchas veces porque cuando llega el final del día, después de estar trabajando, llegar a casa, estar con mi mujer y los niños, cenar,..., me apetece tirarme un rato en el sofá y la tele en ese momento no te supone mayor esfuerzo.Pero siempre me quedo con las ganas de dedicarle tiempo a leer.
Orhan Pamuk es el último autor que he descubierto. "Nieve" y "Me llamo Rojo" son las novelas que he leído de él y creo que este fin de semana voy a comprarme otra suya. Me gusta las historias que cuenta, en las que en el trasfondo de ellas siempre hay amores "difíciles", algo que siempre me llama la atención. Cuando la compre y la lea ya os contaré.
Hola, hace ya mucho tiempo que no me dedico al blog y por extensión a mi mismo. Pero no por ello han sido pocas las veces que he querido volver a él para expresar lo que en mi interior late, pero finalmente desisto y no lo hago.
Ahora mismo, sinceramente no sé que contar. Por contar expresaré algo de mi estado de ánimo, que por extensión suele estar próximo a estados bajos o bien altos, nunca "normales". Pero cada vez tiendo a pensar de que cada uno es como es, no como dicen mucho "lo parieron", sino simple y llanamente como es, con lo que la genética te dió, tu familia te enseñó y al final con lo que te la puñetera gana de ser.
Yo pensaba que la gente era difícil que cambiara; sin embargo con el tiempo me doy cuenta de que cambiar siempre es posible. Yo mismo cambio, cambia mi carácter, mi forma de afrontar la vida. Lo que ocurre realmente es que no nos da la gana de cambiar.
Nos quejamos muchas veces de que estamos hartos de la vida que tenemos, lo ajetreada que es, y lo que nos gustaría que cambiara; muchos anhelamos que nos toque algún premio económico extraordinario para abordar ese cambio, cuando realmente el cambio no está ahí, sino dentro de nosotros mismos. Si quieres cambiar, cambia.
Mi caso, estoy en muchas ocasiones harto de mi trabajo, del día a día. Llevo una considerable cantidad de tiempo en el mismo trabajo. Empecé como becario y poco he ido ascendiendo en mi trayectoria profesional y creo que ya he demostrado con creces lo que soy capaz de dar de mi, que aunque suene mal creo que no es poco. Pero en muchas ocasiones estoy harto del tipo de trabajo que hago, todos los días lo mismo.
La cocina es una de mis grandes pasiones, así como la música y el deseo de leer, cosa que no hago. Por qué no lo dejo todo, me busco unas clases de cocina que me den un punto de partida y me dedico a ello. Pues sencillamente porque tengo una vida acomodada que no quiero poner en peligro; ya no solo por mí, sino por mi familia, cuando paradójicamente estoy seguro de que mi mujer no pondría obstáculo ninguno a ello, entre otras cosas porque es simple y llanamente la mejor lotería que me podría haber tocado en la vida.
Estoy convencido de que soy la persona más afortunada porque la diosa fortuna me halla dado la posibilidad, cuando lo pienso totalmente rocambolesca, de haberla conocido (algún día publicaré como fue aquello, porque para mí aparte de maravilloso creo que es un caso de amor a primera vista, o bien de la condición que verifica el axioma de que hay que estar en el momento exacto y en el lugar exacto).
Ahora mismo estoy escuchando a Franco Battiato, ¿os acordáis?. Que gran músico y qué grandes canciones, aunque para muchos no lo sea.
La conclusión es que ahora mismo muchas veces me convenzo de que con la familia que tengo y la vida (no el trabajo) que tengo, soy un ser verdaderamente afortunado. Pero no siempre esto es suficiente.
Cualquier día me armo de valor y le doy un vuelco a todo esto.

Saludos, deseos y amor para todos.